Seleccione su idioma

Fresco sexual, Pompeya o Pompei, Italia

Algunos datos

Pompeya fue una importante ciudad de la antigua Roma, cercana a la moderna Nápoles. Fue enterrada por una erupción del volcán Vesubio el 24 de agosto del año 79. Cerca de estas ruinas, se levanta una moderna ciudad de Pompeya. Pompeya antigua fue descubierta en 1748 y las primeras excavaciones fueron patrocinadas por el rey Carlos III de España. Los trabajos arqueológicos no siempre fueron muy profesionales, pero desde un principio la ciudad atrajo a los turistas. En la actualidad hay muchas restricciones acerca de los lugares abiertos al turista, pero aún así la visita es apasionante. Para obtener toda clase de mapas, las coordenadas de Pompeya 40°45?02? N, 14°29?23? E tienen link a GeoHack.

Info para el viajero

  • El aeropuerto más cercano es el de Nápoles, código NAP. Es conocido como Capodichino. Recibe vuelos regionales y de muchos puntos de Europa. Tiene múltiples servicios, incluyendo hotelería. Está a 7 km de la ciudad.
  • El translado a la ciudad de Nápoles desde el aeropuerto puede hacerse en taxi o bus. Para el taxi, el municipio determina tarifas fijas. Existe un bus, llamado Alibus, que cuesta EUR 4,00. Para en los principales puntos de la ciudad, incluyendo la estación central de trenes, principal medio para la visita a Pompeya.
  • Desde la estación central de trenes, la línea Circumvesuviana nos transladará en algo más de media hora (el más rápido) a la estación Pompei Scavi, en la puerta de las ruinas. La frecuencia de trenes es de media hora o menos. La estación del Circumvesuviana está en subsuelo.
  • Debe prestarse atención al tren en que uno se embarca. Aquellos que van a Pompeya nos dejarán en la ciudad moderna de Pompeya, cuyo único atractivo es una basílica de alguna significación para los cristianos. La estación de tren que interesa se llama Pompeii Scavi. De todas formas equivocarse no es muy dramático, la caminata hasta las ruinas toma (en caso de error) unos cinco minutos, atravesando la ciudad moderna.
  • La entrada a las ruinas, para visitantes extranjeros es de € 12,00. Una visita detallada tomará todo el día.
  • Hay gran cantidad de hoteles en la moderna Pompeya. Considerando que Pompeya suele ser una visita del día desde otras ciudades italianas, siempre habrá donde alojarse sin reserva con estas excepciones: el 8 de mayo y el primer domingo de octubre, fechas en que se producen peregrinaciones al Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, en la Pompeya moderna.

Clima, electricidad, moneda e idioma

  • El clima de Pompeya es desértico. En la práctica, se puede decir que nunca llueve. Septiembre es el més mas lluvioso, con 48 mm en todo el mes. En abril, mayo y junio la temperatura puede llegar a los 35° C. Diciembre y enero son los meses más frios, con una mínima absoluta de 5°C y máxima de 22° C.
  • La electricidad es de 220 V. Los tomas son de dos patas cilíndricas, de norma europea, tipo F, llamado Schuko. A veces tienen tres orificios en línea, siendo el del medio "tierra" y que no impedirá usar fichas de dos patas. Ver tipos de tomacorriente.
  • La moneda es el Euro, código EUR y símbolo €. Hay bancos y cajeros automáticos en la Pompeya moderna. Conversión actualizada: EUR to USD
  • El idioma es el italiano.

Estuvimos en Pompeya

Con el acostumbrado madrugón, luego del desayuno algo pobre del hotel Giglio dell´Opera, de Roma, hoy, 11 de junio de 2010, nos subimos a un tren intercity en Roma Términe. En dos horas estuvimos en Nápoles. No se crea que este tren (el intercity) viaja despacio, simplemente para varias veces, mientras el AV no lo hace. Pero era más barato y salía más temprano, lo que nos ahorró la espera, para llegar algo antes.

En un instante encontramos el metropolitano “Circunvesuviana” que nos llevaría en cuarenta minutos a las ruinas. Pero nos llevó algo más. Por preguntar tomamos uno levemente equivocado, que iba a Pompei, pero donde está la iglesia y no las ruinas. Hay una bifurcación antes de ambas. Para remacharla, cuando señalaba a Glo el error cometido, un morocho nos insistió que Pompeya era en dos estaciones más. Un poco para no desairarlo y otro poco porque sí, llegamos hasta la Pompeya de la puta iglesia, y sin salir de la estación volvimos a Torre Anunziatta, desde donde pudimos tomar otro tren a nuestro destino: Pompei Scavi.

Entrada a las ruinas: doce euros por cabeza. A poco de entrar, descubrimos que muy bien invertidos. Ruinas impresionantes. Imágenes estremecedoras. No es fácil ver animales y personas (no son muchas) convertidas en estatuas por gentileza del Vesubio, aunque hay que decir que son de yeso, con el que se llenaron las oquedades formadas en la lava al desaparecer los cuerpos. Irónicamente es la desgracia de Pompeya la que la ha convertido en patrimonio de la humanidad. Caminamos más de cuatro horas bajo el sol calcinante y el calor agobiante que aportan las ruinas. Nos repusimos a la salida, con las infaltables cervezas. Otra vez la Circunvesuviana, sin problemas. Y el Frecciarrosa, alta velocidad, una hora en Roma, dormí todo el trayecto. Roma: Pizza, más birra, cama, nunca tan apreciada.